Susana Menares nació un 23 de enero de 1972 en la comuna de Puente Alto, donde solo estuvo en sus primeros días de vida, ya que desde siempre vivió y creció en la comuna de La Pintana, junto a sus padres y seis hermanos, en la Población Raúl del Canto. Fue en este lugar donde conformó su familia, junto a su esposo Iván, sus dos hijos Maikol e Iván, sus nueras Javiera y Jocelyn a quién crió como su hija desde los 15 años y sus cuatro nietos.
A Susana la caracterizaba su gran solidaridad y humanidad. El trabajo con personas eran un motor en su vida. Con carácter y trabajo, ayudó de muchas maneras a su comunidad, apoyando a vecinos, vecinas y amigos en momentos de dificultad y en la resolución de sus problemas personales. Con un corazón noble, su esencia era compartir y ayudar.
Su entrega diaria se reflejó en diversos momentos de su vida. En su formación como Enfermera, apoyando a las familias afectadas por el Incendio de Valparaíso, y especialmente en su rol de dirigente social, parte fundamental de su vida desde el año 2008, donde comienza a ser dirigenta de comités que buscaban una respuesta habitacional en su querida comuna.
Una gran líder según sus amigas y compañeras de lucha, tímida a veces, pero con un carácter firme, ayudó, orientó y guió a cientos de personas en aquello que sabía y consideraba justo, sobre todo la lucha por la vivienda digna y el techo propio.
Fue aquí, en la lucha social por la vivienda donde se destacó, ayudando a grandes organizaciones de allegados y decenas de comités. Pero también formó a muchas amigas, vecinas y pobladores para que esta labor se multiplicara y permitiera sacar adelante a su comuna. Compartía su conocimiento y siempre tenía un momento para escuchar o una palabra que dar.
Si bien una de sus grandes motivaciones era la lucha por la obtención de la vivienda, para Susana también lo era su familia, en especial sus nietos que estaban en su corazón.
Gracias al trabajo de Susana y la comunidad de pobladores de La Pintana, se obtuvieron las miles de viviendas de los proyectos Antumapu y La Platina, para el buen vivir de la familias de la Pintana.
Gracias Susana por todo el esfuerzo, coraje y ayuda a la comunidad de La Pintana y los pobladores de Chile, gracias también a todas las dirigentas y dirigentes que siguen este mismo camino, sin ustedes el proyecto La Platina no sería posible.
Porque juntos construimos comunidad, juntos también recordamos con cariño, respeto y admiración a Susana… gran dirigenta y mujer, su ejemplo de fortaleza, humanidad y perseverancia son parte de su legado.
Agradecemos a su familia y amigas que compartieron su testimonio para este homenaje.

